Frases célebres

"Mejor ser odiado por ser lo que eres, que ser amado por ser lo que no eres."
André Paul Guillaume Gide

lunes, 6 de mayo de 2013

Análisis videojueguil: The Cave de Ron Gilbert

Hoy toca echarle un vistazo a uno de los videojuegos más esperados por mi parte para este 2013. Un juego al que le venía siguiendo la pista desde hace tiempo, y que había situado las expectativas muy muy alto, dado el genio que tiene detrás y la información mostrada previa al lanzamiento del mismo. Finalmente, y gracias a su inclusión como juego perteneciente al servicio online de Sony, PlayStation Plus, lo hemos probado a fondo. ¿Habrá cumplido las enormes expectativas?


Hablar de Ron Gilbert, autor de este The Cave, es hablar de uno de los mayores talentos en la corta historia de los videojuegos. Un creador sin igual que a principios de los 90 diseñó varios de los grandes clásicos atemporales del género de las aventuras gráficas. Gilbert era uno de los mayores cerebros de la tristemente clausurada Lucasfilm Games (una razón más para odiar a Disney, primero matáis a la madre de Bambi, luego al padre de Simba y ahora esto, acabaréis traumatizándome mamones...).  De la inabarcable imaginación de Gilbert salieron clásicos como Maniac Mansion, Indiana Jones y la última cruzada, Monkey Island 1 y 2 y Day of the Tentacle, juegos que nos proporcionaron impagables momentos de diversión en nuestra infancia. Tras su salida de Lucasfilm en 1992 (colaboró en Day of the Tentacle en 1993 pero ya no formaba parte de la compañía), ha permanecido en un segundo plano, siendo el juego descargable Deathspank de 2010 lo más reseñable en cuanto a su producción. De ahí el gran revuelo montado cuando se supo que estaba detrás de este The Cave. El hecho de contar con la colaboración de otro genio como es Tim Schafer, junto con el que creó en su momento esas obras de arte como son los 2 primeros Monkey Island, y que posteriormente ha creado juegazos de la talla de Full Throttle, Grim Fandango o el más reciente Brutal Legend, hizo que se disparara el interés por el juego entre prensa y jugadores.


Los analistas se han llenado la boca catalogando a The Cave como aventura gráfica, y pese a que comparte ciertas características con este género tristemente tan de capa caída, yo no lo metería en ese saco. Vale, sí, el uso del ingenio será la principal baza para avanzar en el juego, y debemos buscar objetos por el escenario y descubrir donde y cómo usarlos, pero hasta ahí las semejanzas. El género de las aventuras gráficas se caracteriza por la forma de contar historias, el hecho de pensar el posible uso de objetos no convierte a un juego en una aventura gráfica (incluso muchas basan su avance en los diálogos y no en los objetos...) The Cave, más que a una aventura gráfica, recuerda al clásico que lanzó Blizzard (antes de ser Blizzard y devorar el mercado con World of Warcraft, quién se lo iba a decir por aquel entonces...) en 1992, el genial The Lost Vikings. Al igual que en aquel fantástico juego, en The Cave manejamos a un equipo de 3 personajes por unos escenarios en 2 dimensiones, buscando objetos y pulsando interruptores para avanzar.


Al comienzo del juego debemos elegir un equipo de 3 personajes de entre 7 disponibles, a saber: un caballero, un paleto, una viajera temporal del futuro, una científica, una exploradora, un par de jóvenes gemelos siniestros y un monje. Estos exploradores se adentran en una misteriosa cueva, dotada de voz y personalidad, en busca de aquello que más anhelan. Para conocer la historia de todos ellos, debemos completar el juego con un equipo en el que estén incluidos, y aquí ya encontramos el primer error de bulto... Si queremos desentrañar la historia completa del juego, debemos completarlo 3 veces. Cada personaje tiene su sección propia, por lo que esa parte es diferente para cada uno, pero hay zonas del juego intercaladas entre las historias personales (casi la mitad del juego...) que son iguales independientemente del equipo elegido, y que repetiremos la segunda y tercera vez que juguemos con equipos distintos, por lo que se vuelve un poco tedioso. Además los protagonistas no tienen mucho impacto en la trama, simplemente descubriremos su historia a través de unas pinturas rupestres que encontramos en la cueva. Son historias muy simples y muy típicas, y una vez vistas un par de ellas ya nos hacemos una idea de por donde va el resto. El peso del protagonismo recae sobre la propia cueva, que cuenta con una personalidad a caballo entre cómica y siniestra, y que nos hará reír y resulta simpática, pero queda muy lejos de los memorables personajes que nos regaló Gilbert en el pasado. Cualquier personaje de los clásicos de Gilbert posee más personalidad en el dedo gordo del pié que esta cueva sobre la que recae el peso narrativo del juego. Muy lejos queda The Cave del genial humor y las tronchantes historias con que nos obsequió Ron en el pasado.


Como ya hemos comentado, The Cave es una suerte de plataformas 2d, en el que debemos utilizar objetos y interruptores para avanzar. Manejamos a los protagonistas de uno en uno, cambiando el control de los mismos pulsando un botón. Cada uno de ellos puede cargar con un  único objeto de cada vez, contando con un botón para recoger objetos y otro para usarlos. Cada personaje tiene una habilidad única, siendo este punto en el que se supone se basa la rejugabilidad del juego, pues podemos afrontar las situaciones de forma diferente según el equipo elegido... En la práctica esto no es así, pues el uso de las habilidades de cada personaje es residual, y limitado casi por completo a sus historias particulares, por lo que las zonas comunes se vuelven tediosas al repetirlas con un equipo diferente. Completa el control del juego un botón de salto, que nos ayudará a desplazarnos por la cueva. En The Cave podemos morir, y de hecho moriremos mogollón de veces, pero sin ninguna consecuencia, pues reapareceremos en pantalla cerca del lugar fatídico, sin ninguna penalización para el jugador. Aquí se trata de ingenio, no de habilidad. Debemos enfrentarnos a puzles basados en la búsqueda y correcta utilización de objetos, uso de interruptores y palancas, y a jugar con el entorno en ciertos momentos. No son especialmente difíciles, y ciertamente ninguno demasiado memorable (salvo un par de ellos, pero tristemente no están explotados como deberían...) Nos llevará en torno a 4 horas completar el juego con cada equipo, siempre y cuando no nos atasquemos en algún puzzle. El juego es muy lineal, no hay mucho lugar a la exploración, y le falta algo de chispa a los puzzles. Cuenta con un modo multijugador local (no online), implementado de forma nefasta, pues la pantalla solo sigue a un jugador, debiendo los demás esperar a que el jugador protagonista vuelva a donde están. Hubiera sido un buen añadido si se hubiera pensado correctamente...


En el plano técnico el juego cumple sin más. A nivel visual es resultón, con unos simpáticos gráficos en 2d (aunque modelados en 3d), pero a los que le falta personalidad. Los escenarios no transmiten todo lo que deberían, están bastante vacíos y no resultan especialmente memorables. Los personajes cuentan con unas animaciones graciosas, que cumplen bien su cometido. Un apartado correcto sin más. A nivel sonoro, nuevamente el peso recae en la propia cueva. Cuenta con una excelente voz (en inglés eso sí...) que hace realmente bien su papel (corre a cargo del afamado doblador Stephen Stanton), y que hará varias apariciones a lo largo del juego, amenizándolo con comentarios ingeniosos y chascarrillos. Los personajes principales no hablan en ningún momento (lo que redunda en lo planos que son...), y la música es correcta en sus escasas apariciones.

 
Quizás he sido demasiado negativo en este análisis, sin duda coaccionado por las enormes expectativas que tenía en el juego. No nos engañemos. Es un juego divertido, que requiere ingenio por parte del jugador y que se aleja de la tónica imperante en esta tristemente casi monotemática generación. Solo por eso se merece una oportunidad. Todo aquel que busque un reto a su intelecto, un viaje ligero de unas 4 horas cada vez que visitemos la cueva, en una entretenida aventura sin demasiado peso argumental, y que se acerque al juego sin las expectativas de los anteriores trabajos de Gilbert, disfrutará sin duda del viaje. The Cave puede adquirirse en las principales plataformas de descarga digital (Steam en Pc, y las tiendas virtuales de Sony, Microsoft, y esta vez sí, también de Nintendo), a un precio recomendado de 12,99 euros, no estando disponible en formato físico. Buen juego, pero simplemente correcto cuando la anterior obra de su creador era más que excelsa (quedándonos muy cortos con el calificativo...). Esperemos que las malas lenguas sean esta vez ciertas y esto no haya sido más que un breve calentamiento para las genialidades futuras que está preparando el señor Ron Gilbert. Esperemos tener noticias pronto sobre nuevas propuestas por parte de este genio. En cualquier caso, mi estimado lector constante, siempre nos quedará Melee Island...

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