Así pues, en este humilde rincón digital, compartiré con aquellos que tengan a bien leerme mi amor por la música, los videojuegos, el deporte, la literatura, el cine y otras aficiones, así como mis profundas elucubraciones personales ( ¿Por qué va Espinete desnudo por la calle y usa pijama para dormir?, ¿Qué tiene mayor capacidad de procesamiento, el vetusto Commodore 64 que tantas tardes estivales nos alegró en nuestra niñez, o LA neurona de cierto futbolista autoproclamado guapo, rico y famoso?...)
Intentaré siempre enfocar estos temas desde el peculiar prisma de mi particular personalidad, tratando de dibujar una sonrisa en el rostro del lector, a modo de recompensa por concederme el inmenso honor de dedicar su tiempo a mi obra. Así mismo, agradecería enormemente que todo lector deje sus comentarios, de forma que el blog se enriquezca desde múltiples perspectivas.
Y todo ello, pese al ”feedback” obtenido en la versión preliminar difundida vía ”Gmail”, sin caer en la chabacanería, la vulgaridad y el contenido de índole sexual, que parece que es lo único que interesa en este país… Y desde luego no cumpliré los deseos ocultos del principal impulsor de esta bitácora digital, cuyo sueño inconfesable es que esto se convierta en un mero reflejo de su blog favorito… No, mi estimado compañero de fatigas, esto no se va a convertir en “La cama de Pandora 2: La cama de Yago”…
(Junto con mis férreas
convicciones morales, la razón principal de ello puede obtenerse leyendo entre
líneas en la siguiente transcripción (100% real) de una conversación mantenida
en tono distendido con un antiguo jefe:
-
Yago (a su ex jefe): ” … no puedo mostrarte
respecto desde el momento en que te dedicas a hacer chistes sobre mi vida sexual.”
-
Ex jefe (a Yago): “Para que hiciera chistes
sobre tu vida sexual primero tendrías que tenerla.”
…Touché…)
Y si como dictan los inalterables designios del sentido común, esto termina siendo un sonoro batacazo (uno más…), siempre puedo utilizar el blog para extorsionar a ciertos “elementos subersivos” que no dudan en difundir diariamente delante de mí información altamente comprometedora, al considerar que tal desfachatez es algo inofensivo (basándose principalmente en que sigo creyendo firmemente que los bebés los trae la cigüeña de París… El otro día unos niños mayores que yo me contaron “nosequé” películas acerca del cigoto, los espermatozoides y los óvulos, pero no entendí ni la mitad…)
Bienvenidos a la retorcida mente de un ingeniero industrial. Aquellos osados que decidan acompañarme en este ominoso viaje a las regiones más oscuras del alma humana, tened muy presente que no todos conservarán la cordura al final del mismo….
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